Fue un filósofo,
teólogo, predicador y escritor, cuyo legado se fundamenta en su experiencia de
vida. Logró ser un gran influyente en la iglesia mediante su filosofía
cristiana, mediante el tema de la verdad, como eje de sus aportes, mencionando
que la realidad ha sido creada por Dios, de manera que Dios es la realidad y la
verdad. Considera que la felicidad del hombre está en el interior de su alma
mediante la fe y la razón.
Para él, la
filosofía lleva a la sabiduría y está a la verdad, por lo que menciona que la
verdad que se debe enseñar es la verdad divina que permite creer para
comprender, siendo Jesucristo el maestro por excelencia; así que, para la
educación aplica el método erotemático, es decir, catequizando y a través del
diálogo, de manera que el alumno y el maestro aprender uno del otro, y de esta
forma se da la enseñanza, siendo este último punto con el que coincido en el
pensamiento de San Agustín.
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